Hombre de cabello canoso mirando hacia el horizonte en el Gran Cañón del Colorado.

40 años de experiencia con 21 años de edad

(Una carta abierta para quien aún cree que falta mucho para envejecer)

La semana pasada cumplí 61 años. No sé bien cuándo pasó, pero aquí estoy. Compartiendo con mi esposa e hijos, caminando cada día con mis perros, trabajando con datos, soñando con el Camino de Santiago, y escribiendo esto. Los que me conocen saben que, en el trabajo o en las charlas, hay una frase que suelo repetir:

No es lo mismo tener 20 años de experiencia que tener 19 años repitiendo lo que aprendiste en el primero.

Solo es experiencia si uno está presente, si hay intención de mejorar. Hoy buscar hacerlo mejor que ayer. Si lo que haces es repetir una y otra vez lo mismo, eso es costumbre.

Y eso vale para todo: para el trabajo, para la salud, para el amor, para la vida. Lo que cuenta es la práctica deliberada, esa decisión diaria de crecer, de entender, de ser mejor.

En estos años he trabajado con colegas brillantes de todas las edades, pero también he conocido personas que, a los 30, ya dejaron entrar al viejo. Y otras que, con 90, todavía amasan sueños.

Pero sé que no siempre es fácil. También he visto de cerca lo que pasa cuando uno deja de luchar por aprender o soñar.

Mi madre, por ejemplo, vivió sus últimos años con dificultad. No tanto por enfermedad, sino porque —creo yo— se rindió muy pronto. Pensó que moriría joven y, al llegar a los 70, comenzó a esperar el final. Esa espera la volvió más lenta, más triste, más sola. Lo viví de cerca. Aprendí de su dolor que envejecer es inevitable, pero rendirse es opcional.

Con cierta periodicidad me gusta releer El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl. Él sobrevivió a lo impensable, y aun así encontró sentido. Decía que el ser humano puede soportar cualquier “cómo” si tiene un “por qué”. Creo que mi madre perdió ese “por qué”. Y cuando eso se pierde, es como si uno empezara a envejecer de golpe. No importa cuántos años tenga.

A veces pienso en una frase de Clint Eastwood, que con más de 90 años sigue activo:

“I don’t let the old man in.”

La escuché en una entrevista. Le preguntaron cómo seguía tan fuerte y creativo a su edad. Y él respondió que cada día, al levantarse, decidía no dejar entrar al viejo.

Me pareció brutalmente honesto. Porque ese viejo no es una persona. Es una actitud. Es rendirse. Es vivir sin propósito, sin curiosidad.

Viktor Frankl diría que es vivir sin sentido.

Hoy, a mis 61 años, intento cada día no dejar entrar al viejo.

Intento encontrar mi “por qué”, incluso en los días grises.
Intento seguir aprendiendo, no repetir 40 veces el primer año. Porque la edad no define cuánto has vivido. Lo que importa es si estás despierto. Si estás presente. Si estás vivo.

Y si tú, que estás leyendo esto, tienes 25, 35 o 45… tal vez lo importante no es cuántos años tienes, sino qué estás haciendo con ellos.

Hoy, a mis 61 años, lucho cada día por mantener la puerta cerrada al viejo.

Con afecto,
Javier

9 respuestas a «40 años de experiencia con 21 años de edad»

  1. Avatar de Mariela
    Mariela

    Primero muy feliz cumpleaños! Y decirte gracias por esta hermosa carta! Tan cierto y tan real. Con mis 47 años a veces me preguntan porque me subo a aprender cosas nuevas, si estas mas para jubilarte. Y digo porque no? Con esta carta me doy cuenta que es esta la respuesta. No hay que dejar entrar al viejo. Y cuanto mas entrenes ese actitud mas viejos te pones, mas entrenado vamos a estar para cerrarle la puerta. GRACIAS DESDE ARGENTINA.

    1. Avatar de Javier Loria

      Muchas gracias, Mariela por tus palabas, significan mucho.
      CON MUCHO GUSTO DESDE COSTA RICA

  2. Avatar de Angélica Secundino Pérez
    Angélica Secundino Pérez

    Hijole….me pone a pensar mucho…yo con 58 años cumplidos….quiero avanzar y se me dificulta…pero sigo y sigo…..no me siento vieja…pero mi cuerpo da avisos…y digo necesito moverme más….tal vez ya no pueda correr pero caminaré…..pero no dejaré que mi caminar se detenga…..mientras se respire …tendremos la fuerza de jalar aire y continuar….Dios lo bendiga

    1. Avatar de Javier Loria

      Gracias por la bendición,
      Yo hace rato deje de correr, pero camino todos los días.
      En los días grises busco el «por qué» para encontrar fuerzas y luego encontrar el cómo.
      De mi parte te deseo, que Dios te bendiga y que encuentres muchos «por qué».

  3. Avatar de Andres Zamora
    Andres Zamora

    Hola Javier, muchas felicidades por su cumpleanos. Hace unas semana llegue a los 50 y tambien tengo muchas metas por cumplir entre ellas hacer el Camino de Santiago. Tambien me encanta El Hombre en busca de Sentido. Me encantaria volvernos a ver, saludos a Maria. Siempre les estare agradecidos por tanto apoyo en mi juventud.
    ATT Andres Zamora

    1. Avatar de Javier Loria

      Muchas gracias Andres, wow 50 es un número importante. Ojalá cumplas esa meta.
      Un fuerte abrazo.

  4. Avatar de Alberto Chaves
    Alberto Chaves

    Excelente meditación, gracias por no dejar el rol de mentor ni siquiera por aquí , Dios lo bendiga.

  5. Avatar de Adrian Cubero

    Quiero compartir contigo algunos pensamientos sobre mi experiencia, inspirados en las reflexiones de Sócrates, quien, a pesar de su sabiduría, afirmaba que sólo sabía que no sabía nada.

    A veces, siento que mi vida es un conjunto de preguntas y respuestas, donde la experiencia me envuelve y me desenvuelve, como un mar que se encuentra con mi isla de calma.

    Hay momentos en que me pierdo en la vastedad de esta experiencia, mientras el cielo se abre ante mí. La incertidumbre puede ser aterradora, y a veces imagino que somos torpes al querer dejar atrás nuestra isla de tranquilidad.

    Sin embargo, mi corazón me susurra que no la pierdo en cada instante, que la juventud y la experiencia son dos caras de una misma moneda.La vida, en su naturaleza ridícula, nos desnuda y nos muestra nuestra vulnerabilidad.
    A veces, la risa se mezcla con el dolor, y reconozco que no es lo mismo estar aquí hoy que hace diez años. El miedo que solía sentir ha dado paso al aburrimiento, y me doy cuenta de que, a medida que los años pasan, el valor que una vez se otorgaba a la juventud se ha transformado.En un mundo donde hay remedios para casi todo, donde la tecnología parece ofrecer soluciones sin alma, me pregunto: ¿de qué sirve la experiencia si otros la han vivido antes que yo?
    A pesar de todo, sigo adelante, encontrando belleza en la risa y la tristeza. Porque al final, aquí estoy, siendo quien soy, navegando entre la calma y el caos de la vida.

  6. Avatar de Dixiana Rodriguez
    Dixiana Rodriguez

    Don Javier, siempre le admiro la constancia en aprender por medio de libros y experiencias, pero más que eso, le admiro la actitud, convertir una frase en un propósito tan poderoso, y ser constante en vivirlo.
    Esta filosofía de vida, es la huella sobre la cual otros seguimos el camino.
    No hay duda que tiene mucho para dar y transmitir de lo aprendido no solo en los libros, en las personas conocidas, el mundo recorrido, da como resultado la visión positiva, empatía y la humildad que lo caracteriza.
    Lo felicito y gracias por compartir este texto, que nos motiva a ver la vida diferente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *